Beast (2022) El fin y los medios. Y otras inquisiciones.
Beast (2022) El fin y lo medios. Y otras inquisiciones.
Orphan: first kill y Fall juegan con un elemento en común: el doble.
En Orphan: first kill los personajes de Isabelle Fuhrman y Julia Stiles son dos caras de una misma condición: la manipulación, el mal, el engaño, la actuación; visten similar, pretenden al mismo hombre, la una es esposa, la otra juega a la hija. Evitemos las lecturas psicoanalíticas. Leena, en tanto Esther, y en tanto reencarnación de la niña asesinada por el hermano y encubierta por la madre, retornará a casa, como fantasma fatal, para cobrar venganza. El padre, quien, irónicamente, pintor de lo doble, del juego de luces que abre la dualidad, será un ciego a lo que acontece en su casa, desplegando así su fatídica caída con una casa (símbolo de la familia) siendo consumida por el infierno del choque de dos formas del mal. La casa ardiendo solo es la forma visible, física, la representación, de aquel hogar ya quebrado por la pérdida de una hija. El giro de tuerca es vital en esta segunda parte que se desarrolla como precuela del excelente film de 2009 de Collet-Serra.
Ahora sí, pasemos a Beast.
Cuando nombramos "de media tabla" a estas películas no debe interpretarse sino en la mejor de las intenciones: siendo consientes de su espíritu de Clase B (para entender esto léase el más reciente libro de Ángel Faretta), entendiendo su presupuesto conceptual y puesta en escena. Esto del presupuesto conceptual o tópicos ya lo vimos con Orphan: first kill y Fall tratando lo doble. En Beast, para el caso, se juega con lo bestial, con lo animal, como en otras tantas películas de esta clase. Estas películas son por las que apostamos.
Beast es una vuelta al continente de origen de nuestra familia protagónica: África. Un retorno a lo salvaje: a la flora, a la fauna, a la caza, a la lucha por la vida, a la ley del más fuerte.
Los medios son todos aquellos recursos que nos ayudan a llegar a un fin. En Beast, por ejemplo, el león y la travesía son los medios (como de producción) para llegar al fin: la unión de la familia Daniels.
La familia Daniels (la descendencia de Daniel, los de Daniel, como aquel Daniel profeta arrojado a la fosa de los leones por Darío, relatado en el capitulo VI del libro homónimo del Antiguo Testamento) se encuentra fracturada (no ahondaremos en los detalles) y su sutura (a propósito que el padre es médico) se dará en condiciones fatales: el enfrentamiento contra el león "diablo", como alguna de sus víctimas mortales lo nombrara. Aquí no hay coincidencias, no hay azar, el nombre está cargado de un sentido operativo teológico: la descendencia del Daniel bíblico puesta en un tópico de la historia del profeta: el careo con leones.
Así como en Crawl (2019) los cocodrilos y el huracán son pretextos para hablar de la recuperación de la relación padre-hija, o en Twister (1996) el tornado es un pretexto para la reconciliación de una pareja, en Beast el león es el pretexto para poner sobre la mesa la recuperación de las relaciones familiares: re-ligar al padre con sus hijas lego de la muerte de la madre. Y así podríamos seguir con más ejemplos. Lo importante es este tratamiento físico, doloroso, de batalla, que los lleva a ese otro más. Tῷ πάθει μάθoς.
Una película sobre la fuerza (no la de Star wars, sino la homérica que contara Weil): el padre se enfrentará físicamente al león para proteger a sus hijas y salvar su vida. El león es un león solitario, al que los cazadores le han arrebatado la manada; un ser bestial, vengativo, fantástico: asesina por ira, no por hambre; es una figura dislocada de su condición natural. Desde luego es una fiera que impone, que intimida, que asusta, que estremece; una bestia infernal.
La muerte de Martin estará presidida por una caída, junto con la camioneta. Martin se sacrificará, ganará tiempo para Norah y Meredith. El contraste está marcado: unas escenas antes Martin abrazando a los leones. El león "diable" sobrevivirá a las llamas, y solo una fuerza similar podrá acabarlo: los otros leones, los cuidados por Martín.
Los gestos técnicos se agradecen: los plano secuencia en mementos de tensión física (aunque cayendo quizá en su abuso), uno incluso recordando al recorrido hacia el campo vudú en I walked with a zombie (1943). Agreguemos: el plano secuencia del escape de Leena en Orphan: first kill es bueno, pese a la atmósfera de humo que recorre la película.
La bestia ataca desde fuera. Dentro están los Daniels y Martin. Una relectura a la situación dinosaurio-camioneta de Jurassic Park (1993). Recordemos que Norah, como cabo a la relectura, en alguna escena porta una blusa de la cinta de Spielberg.
Ante el caos, el cine re-liga la unidad familiar, como en Beast; en otros casos, como en Orphan: first kill, los desvela, en tanto podridos, para después consumirlos; o para hacer ambos (finiquitar la relación entre amigas y esposa-esposo, y re-ligar al padre con la hija), en Fall.
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