Análisis de escenas de la película mexicana "Ya no estoy aquí" de Fernando Frias de la Parra.

En la primera toma de Ulises, a Ulises se le ve de blanco y negro, colores que, por antonomasia, representan maldad (caos) y paz (bondad). Esto lo vamos a ver en toda la película, y se debe prestar atención al vestuario de nuestros personajes.


El azul, indirecta o directamente, es movimiento:

-La música de Ulises.

-El fotógrafo (el cual era la "barca" para irse al otro lado).

-El auto, en el cual Ulises comienza su viaje. Recordemos que todo móvil cuando opera simbólicamente, es un medio de metamorfosis.




Las subidas y bajadas que se ven en la carretera en la cual comienza el viaje de Ulises (rompimiento del eje vertical), reflejan las mismas subidas y bajadas que va a enfrentar durante toda su odisea. Estas subidas y bajadas de la carretera se repetirán al final de la película.



Lin, que de alguna forma quiere ayudar a Ulises (cuando le da el diccionario para que puedan comunicarse mediante el habla, o cuando deja que duerma en su azotea, etcétera) es representada de blanco, y Ulises, en ese momento, se encuentra de negro. Nuevamente vemos esta dualidad que estará presente en la película.



La primera toma de Monterrey, claramente muestra la división entre el bien y el mal. La oscuridad es representada como el hogar de Ulises, al lado derecho del plano.



A Ulises y a sus amigos siempre se les toma en planos cerrados; cuando Ulises parte a los Estados Unidos, se le toma desde un plano cerrado, esto para que entandamos que ellos (Ulises y sus amigos) tienen su mundo propio,  un mundo aparte.



En el siguiente plano, nuevamente tenemos una dualidad, y gracias a la posición de la cámara esta dualidad se nos muestra más que evidente, ya que se representan dos mundos (divididos exactamente por el centro), el de las "bandas", representado por las pintas de la pared, y el de la música, representado por el puesto de discos; los “Terkos” pasan de un “mundo” al otro.



Cuando los roomies de Ulises llegan a su encuentro en el lugar donde viven, Ulises viste de blanco. Ulises, luego del disgusto por las canciones de sus roomies, pone su música y comienza a bailar, pero uno de sus compañeros, vestido de rojo (que si se quiere el rojo es el color de la violencia), le quita la posibilidad de llevar una noche agradable, quitándole la música y golpeándolo, de igual manera su otro compañero (de negro) ayuda a golpearlo. 



En el siguiente plano, nuevamente vemos la dualidad de los colores blanco y negro; vemos  la oscuridad y la luz, y otra vez se pasa por ambos mundos: Ulises pasa de estar con sus roomies a estar en la calle, de estar en la oscuridad a estar en la luz, si se quiere esto le va a ayudar a darse cuenta de que ese no es el lugar donde debe estar (el lugar de la oscuridad).



Cuando se nos presentan a la madre de Ulises, a esta se nos muestra apartada de su hijo, y está representación está sostenida por la  división de un eje vertical. Sin decir una palabra, Fernando Frías nos muestra el desapego que tiene hacia su hijo.



Nuevamente la dualidad en los colores el bien y el mal: Ulises de negro y Jeremy de blanco. Jeremy salva su vida gracias a que no sale a acompañar a Ulises. Recordemos que la escena siguiente es la de la matanza del grupo amigo de Ulisy.
En el plano inferior, si se quiere, se puede apreciar la firma del autor: la unión de dos mundos, ahora más interesante; el mal (representado por los sicarios) es el que atraviesa el plano en dirección a Ulises.



En los Estados Unidos, el águila está al acecho de Ulises. El mismo México (representando por el águila) está atacando a su gente. Tomando en cuenta que los paisanos con los que Ulises se encontraba lo trataban mal por ser “diferente”.



En un cenital, la mesera limpia la explicación que Ulises le da a Lin sobre la estructura de las bandas en Monterrey, funcionando como simetría y como ironía trágica de lo que en el futuro le espera a  ellas en México.



Durante el baile de Ulises en los Estados Unidos para ganar dinero, vemos que nuevamente lo quieren ayudar, pero su terquedad le impide escuchar a alguien más que no sea a él mismo.



A Ulises se le comienzan a cerrar las puertas en Estados Unidos (y las oportunidades), literal y figurativamente.



Ulises toca fondo, en el siguiente plano lo vemos debajo de una escalera, y tomando la  decisión de cortarse el cabello . Recordemos que el corte de cabello a ese nivel, simbólicamente representa el cierre de ciclos. Posteriormente, veremos a Ulises intentar un nuevo comienzo de regreso a México.



En el lenguaje cinematográfico, en el principio está enterrado el final, y aquí lo comprobamos. La película se cierra con uno de los planos iniciales. Ahora Ulises no va en auto, regresa (en contraposición con la ida) caminando, con los pies sobre la tierra.


Cuando Ulises llega a su casa, ya está más  que marcada la dualidad entre el bien y el mal. Isaí ha muerto y Jeremy ha encontrado, o ha sido encontrado por Dios (figurativamente); ya salvado y tomado en un plano contrapicado, a Ulises se le ve entre rejas, mostrando que aun sigue atrapado por su indecisión y terquedad.



Ulises sube y todos bajan. Ulises, ya teniendo la sabiduría del viaje, sigue sin conseguir tomar una decisión; cuando le invitan una bebida alcohólica la rechaza (rechaza el mal, la intoxicación), y cuando lo invitan a unirse a la iglesia lo rechaza (rechaza el bien).



Plano final. En este punto, Ulises ya tiene una posición privilegiada, ya conoce las dos opciones que tiene: el bien o el mal.
Esto se refuerza por el plano de fondo (Suben los policías "el bien" y el "mal" baja), ahora ya somos parte de la película.




Escribe, Enrique García Díaz.





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