El protegido (2000) de M. Night Shyamalan.



Sinopsis:

Tras un accidente de tren, todos los pasajeros resultan muertos, excepto David Dunn (Bruce Willis). Elijah Price (Samuel L. Jackson), un misterioso desconocido, le plantea una extraña hipótesis que explicaría por qué David ha salido indemne del accidente, pero esta explicación, de ser cierta, podría cambiar para siempre la vida de David y la de su familia. 

A finales de siglo (XX) el género de superhéroes no era la gran cosa, venía de algunas buenas y malas (muy malas) películas, pero en el 2000 Shyamalan nos sorprendió, dándonos una cinta madura y perfectamente simétrica. En ese mismo año se estrenaba X-MEN de Bryan Singer, la cual abrió el camino para que el genero tuviera el boom que hoy tiene en la industria, pero hoy nos enfocaremos en El protegido.

Con actuaciones memorables y un elenco de primera, Shyamalan nos narra sus mayores preocupaciones, tanto en esta película como en toda su filmografía.


El protegido ahonda en la apreciación del arte, en este caso el cómic (que bien podemos cambiar por la palabra cine, música, pintura etcétera). La apreciación y la pérdida de apreciación.


Shyamalan nos muestra a Elijah como un personaje preocupado por esta perdida de apreciación en el arte: lo que para la demás gente son solo simples ilustraciones para él es algo más, para él son representaciones de la realidad, un saber tradicional que se ha sabido camuflajear bajo la forma de cómics. Elijah quiere llevar su arte a un nivel más, y no permite que cualquier persona entre en su galería, en su intimidad, algo completamente egoísta, y que va en contra de uno de los primeros principios del arte y del cine, la universalidad.


La otra preocupación del director es la pérdida de fé (abordada también en Señales). En El protegido entra David, quien ha perdido completamente su fé, y que poco a poco, con ayuda de Elijah, y de forma trágica, la recuperará



Durante toda la película, Elijah y David tienen pequeños encuentros, y junto a dichos encuentros, Shyamalan nos narra en forma de flashback's el pasado de ambos: David sacrificando su prometedor futuro como jugador de fútbol para formar una familia, y Elijah desde muy su nacimiento sufriendo por su terrible enfermedad. El uno es el espejo del otro.


Ahora, en final de la película es algo confuso, si seguimos con la lectura de que Elijah es la guía de David podemos confundirnos, ya que dicha "guía" resulta que estaba haciendo el mal. Vamos a citar al maestro Faretta:


"El cine es un ajuste de cuentas con el Romanticismo y el Renacimiento".


Si se quiere, podemos ver a Elijah como estos dos últimos, y nuevamente citamos a Faretta: "por eso en el romanticismo algunos quedaban locos, sifilíticos, cortándose una oreja o aventándose de un balcón", ¿a qué me refiero? a que David fue quien entendió completamente el mensaje. Usó su conocimiento para hacer el bien, a diferencia de Elijah, quien tenía el conocimiento pero no pudo hacer llegar el mensaje a todo el mundo, cosa que veremos al final de Glass. El de Elijah es un conocimiento frío y calculador, bastante de teoría (cómics), y David posee un conocimiento mucho más "empírico", mucho más físico, como la figura del héroe siempre ha poseído.

 

Añadiremos un dato de vital importancia, el significado de los nombres, los cuales tomarán más sentido en las dos siguientes películas de esta trilogía.

David es un nombre propio masculino de origen hebreo (דָּוִד) que significa «el querido, el amado, el elegido de Dios» .

Elías es un nombre propio masculino en su variante en español procedente del hebreo אֵלִיָּהו (ēliyahū), «Mi Dios es Yahvé», «El Señor es mi Dios».



Ahora, este no es el análisis completo. Se complementará con un video en YouTube (https://youtube.com/channel/UCzD0rlIX9-abkxgVC4yVkGg) donde se analizará cada una de las escenas, mostraremos simetrías y daremos algunas explicaciones de cómo Shyamalan en sus próximas dos entregas de esta trilogía va a continuar con las simetrías y cerrará de una manera increíble la saga.


Escribió Enrique García. 

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